La terapia cognitiva conductual (TCC) es una herramienta útil para abordar los desafíos emocionales. Por ejemplo, puede ayudarte a controlar los síntomas de una enfermedad mental o prevenir la recaída de los síntomas, de la enfermedad mental.
Es un tipo de terapia que se enfoca en ayudarte a cambiar los pensamientos y comportamientos negativos
Se basa en la idea de que tus pensamientos, sentimientos y comportamientos están todos interconectados y que al cambiar uno, puedes cambiar los demás.
Se ha demostrado que la TCC es un tratamiento eficaz para una variedad de problemas de salud mental, que incluyen depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y trastornos alimentarios. Se puede utilizar tanto en entornos individuales como grupales, y se puede adaptar a las necesidades de cada persona.
Si estás luchando con desafíos emocionales, la TCC puede ser una herramienta útil para ti. Habla con tu médico o un profesional de la salud mental para ver si es adecuado o no que comiences con esta terapia.
Por acá te dejo al menos 9 razones por las cuales deberías de considerar iniciar con una terapia cognitivo conductual:
- La TCC Se basa en una formulación en continuo desarrollo de los problemas de la persona en término de nuestro pensamiento
- Busca una alianza terapéutica segura.
- Pone especial hincapié en la participación activa del paciente y su colaboración. Se trabaja en conjunto con la persona.
- Está orientada por los Objetivos y focalizada en los problemas.
- Inicialmente, enfatiza el presente, su foco no está centrado en situaciones pasadas.
- Es educativa, buscan enseñar a la persona a ser su propio terapeuta y pone énfasis en la prevención de recaídas.
- Tiende a trabajar durante un tiempo limitado y las sesiones son estructuradas.
- Enseña a los pacientes a identificar, evaluar y responder a sus pensamientos y creencias disfuncionales.
- Utiliza una variedad de técnicas para cambiar el pensamiento, el estado de ánimo y el comportamiento
Y recuerda… la eficacia de los tratamientos se centra en la identificación de cualquier cambio beneficioso en los pacientes que pueda ser atribuido con suficiente garantía a la administración del tratamiento y no a otros factores ajenos a él.
